Un poco de mí


En este rinconcito iré contándote cosas para que me conozcas mejor... poco a poco, que tampoco te voy a contar mi vida en un momento :)

Lo más obvio:

Este año (2013) he cumplido 55. Aunque nací en Barcelona, mi familia se mudó a Granada cuando tenía 17 años y "me arrastró" con ella. Aquí llevo ya mucho más de media vida, mis hijos y la gran mayoría de mis amigos están aquí, así que ya bien podría decirse que soy de Granada. Tengo dos hijos geniales (diréis que es amor de madre... que lo es... pero es que de verdad son geniales, qué le vamos a hacer), mellizos, Luis David y Julia, que acaban de cumplir 20 años y me alegran la vida todos y cada uno de los días.

En agosto del año pasado tuve la gran suerte (otros lo llamarán "mala fortuna") de que la empresa en la que trabajaba, con una excusa insufriblemente nimia, me despidiera disciplinariamente. Afortunadamente gané el juicio subsiguiente lo que, si bien no hizo que me readmitieran (¡Gracias a Dios! porque era lo último que quería en el mundo) me colocó en una posición económica que me permitirá llegar hasta la edad de la jubilación siendo mileurista, con lo que en realidad la empresa, en lugar de hacerme un mal, lo que ha hecho es "regalarme" diez años de prejubilación, ahora que están restringiendo tanto ese concepto.
No ha sido un proceso agradable, eso queda fuera de toda duda. No es plato de gusto que te despidan después de 35 años, y más con un motivo tan inverosímil, pero una vez superado el shock inicial, ha servido para darme cuenta de lo grandes que son mi familia y mis amigos que han estado apoyándome lo indecible y  lo inútiles que son mis enemigos que, creyendo hacerme un mal, me han favorecido de manera increíble (como me dijo un cargo sindical cuando le informé que había ganado el juicio: "Marga, te ha tocado la lotería")
En fin, que de golpe y porrazo, sin esperármelo ni remotamente, me he encontrado con el disfrute de todo mi tiempo para mí... y eso es un placer inconmensurable.

Al final resultó que los mayas tenían razón: Para 2012 predijeron un cambio de ciclo, y eso ha sido exactamente lo que pasó para mí. Lo que para otros muchos hubiera sido un agujero negro en su vida, para mí ha sido una bendición. Ayudada por circunstancias favorables encaro esta nueva andadura como una prejubilación, como un regalo de diez años de paz y tranquilidad y cada día soy más feliz con las pequeñas alegrías de la vida. Porque cada día reconozco que, para vivir bien, lo único que tienes que hacer es ser FELIZ CON POCA COSA.